Nuevamente volvimos a ser 9 jugadores. Los mismos de la jornada anterior. El equipo A de la jornada anterior buscó revancha, con lo que se formaron los mismo equipos:
Equipo A:
Oscar, Gabri, Segio y Pepe
Equipo B:
Íñigo, Antonio "Salinas", Jose "Pao", Juan y yo mismo
Durante buena parte del partido se repitió la crónica de la jornada pasada. Empezó marcando el equipo A, merced a una soberana cacha que recibí. Nuevamente el equipo B no tardó en igualar el partido. Se volvió a a delantar el equipo A, y el equipo B volvió a empatar.
Con el 2-3 para el equipo B, se incorporó Jose "Pao" al partido, y comenzó una nueva oleada de goles. Nuevamente Antonio "Salinas" y Juan desbarataron la fortaleza del equipo A con su movilidad, y los goles del Equopo B se sucedieron con rapidez.
Todo parecía que iba a ser como la jornada anterior, pero esta vez el Equipo A estaba más centrado, mientras que el B más relajado con la pronta ventaja adquirida. El equipo B consiguió una aproximación con dos goles, y empezaron a controlar el partido. Sin embargo ahí estuba Antonio "Salinas", inconmensurable. Una y otra vez marcaba goles imposibles a la par que fallaba alguno que otro mas fácil.
La efectividad de Antonio terminó desesperando al equipo A, que termino el partido perdiéndose en individualismos de los que no sacaron rentabilidad alguna.
Al final el equipo A consiguió maquillar el resultado respecto a la jornada anterior (8-5 ó 9-5 para el quipo B)
OTROS DATOS DEL PARTIDO:
Árbitro: no hubo
Recaudación: 0 €
TERCER TIEMPO:
Como se menciona en el título celebramos el cumpleaños de Pepe, con lo que, por su expreso deseo, la celebración tuvo lugar en el bar internacionalmente conocido "Pepe el Guarro".
Al "Pepe el Guarro" fuimos todos menos Antonio, el héroe del partido, que tuvo la deferencia de no robarle protagonismo a Pepe en su cumpleaños.
Pero ni Antonio ni Pepe, las auténticas protagonistas del Tercer Tiempo fueron las alitas de pollo del "Pepe el Guarro". Nada más y nada menos que siete de las ocho raciones fueron de alitas de pollo (la octava fue de oreja), con lo que no es de extrañar que a alguno de nosotros le de por cacarear.
Las ocho raciones fueron acompañadas por siete cañas en el caso de Pepe, Íñigo, Oscar y yo, cinco en el caso de Sergio y Jose, y tres o cuatro cocacolas en el caso de Juan y Gabri (sí son unas nenas)
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