viernes, diciembre 01, 2006

La apisonadora


Hasta 0 espectadores se reunieron en el estadio para presenciar el apasionante duelo de 5 VS 4. Por los locales formaron Pepe, Manuel, Matías, Antonio y Daniel, una nueva promesa de la cantera de Callabuch. Por los visitantes: Iñigo, Carlos, Sergio y Jaime. Las reglas sufrieron una pequeña modificación y los locales no tenían que tirar desde dentro del área, sino desde dentro de la línea de puntos.

El partido comenzó con el balón muy disputado entre ambos equipos. La superioridad numérica de los locales se vio contrarrestada por la técnica de los visitantes. Estos poco a poco se hicieron con el control del balón y, en un contra ataque Sergio transformó a puerta vacía un pase de la muerte (0-1).

Los locales no se inmutaron por este tanto, pero no terminaron de coger el ritmo del partido, y en poco tiempo los visitantes endosaron otros cuatro goles dejando el partido en un 0-5.

Tras este quinto gol comenzó una tímida reacción local y con un parcial de 2-0 comenzaron a poner interesante el partido. Sin embargo Carlos no perdonó tras una recuperación del balón que situó el partido en un 3-6 de ventaja para los visitantes.

Y aquí se acabó el apasionante duelo. Lentamente los locales fueron yéndose del partido y los visitantes comenzaron a dominar el partido a su antojo. Se lograron goles de muy bella factura tras jugadas combinadas, individuales, pases largos… Hubo un momento en que parecía que cualquier cosa les salía a los visitantes. Al portero local acabaron llamándole “El Pescaito”, por estar todo el rato entre las redes.

Para la anécdota queda el tercer gol de los locales en las postrimerías del partido. Los goles visitantes no se podían contar con los dedos de las manos (y no sé yo si también con los de los pies)

OTROS DATOS DEL PARTIDO:

Árbitro: No hubo.

Recaudación: 0 €

Héroes del partido: El equipo visitante, que se mostró intratable

Una cita: No recuerdo ninguna.

TERCER TIEMPO:

Iñigo, Pepe, Manu, Daniel, Sergio y un servidor nos desplazamos hasta “El Tetas” sólo para descubrir que estaba cerrado. Nos desplazamos hasta un bar cercano donde pedimos dos rondas de jarras de cerveza (salvo Sergio que se abstuvo en la segunda)

Para acompañarlas pedimos una ración de patatas alioli, otra de bravas y una de sepia. Los 20 minutos que pasaron entre la primera y segunda ración garantizó que no volveremos a ese bar.

Durante ese periodo Manu nos relató mas anécdotas de su odisea australiana, que salió a la palestra a consecuencia del hambre que pasamos esperando.

NOTA: Hay que volver a pagar por el campo, así que los que no hayan pagado aún (como un servidor) que no lo olviden.